jueves, 25 de junio de 2009

La flor que lloro


En un jardín hermoso y sonriente entre las rosas más bellas que ahí se daban, en un triste rincón anidaba una florecilla muy rara de pétalos rosados, algo encorvada, casi transparente, bajo las sombras de las más altas y sonrojadas.

Érase un jardinero que las cuidaba, entre más bella la rosa, mas la atesoraba y sucedió que un día, entre las templanzas de la incoherente naturaleza, él con cierto recelo la mirase, mas aún así le prestó atención. Puede que por curiosidad más que por pasión.

Fue el tiempo cómplice de la naturaleza y entre más pasaba, la rara florecilla más le sonreía y el jardinero cauto y con experiencia en tanta vida, extrañado quedaba.

Tal pareciera que flor más rara jamás hubiera admirado... es entonces que poco a poco un amor tan limpio como el mismo aire y transparente como el agua más clara, del jardinero a aquella florecilla brotase.

Con dulce afán la tonta florecilla imaginase rosa altiva, cual rosa mas hermosa y de pétalos suaves que como recompensa, de la tierra donde nacen son llevadas a la gloria infinita a la mano donde yacen los amores mas instintivos.

No era tanto la dicha de encontrarse en la gloria, la pequeña florecilla de pétalos rosados, casi transparente, como un sueño anhelado, en cada noche bajo el cielo estrellado contemplaba la mano del jardinero cauto rozando sus pétalos pálidos.

Cuantas lunas transcurrían en donde la rara florecilla sus pétalos abría, sintiendo el sereno noche a noche, en una verdad casi entrañable. Al llegar el alba la florecilla despertaba cada amanecer con menos timidez y más erguida, parecida a una excéntrica rosa poco conocida.

Y sucedió que un día el jardinero sugirió que de la tierra donde vivía la rara florecilla, a su mano ávida pasare, decidido pues se encontraba y sin manifiesto alguno, con sus dedos rozó los dulces pélalos de amor, que parecieran recibir el calor del sol mas brillante, el agua mas pura y el aire mas embriagante.

Extendiendo su corola la rara florecilla, dibujaba en sus adentros una de tantas lunas, allá cuando soñó con ese mágico momento... más basto ese breve instante para que el jardinero de la dicha a la meditación pasare, y es que no se sintió merecedor de una inocencia tan cautivante.
Fue así como pensó que en el lugar aquel donde la contempló la primera vez, la linda florecilla permaneciera y fue así como pasó...

La rara florecilla triste quedó observando como el jardinero se alejó, dejándole ahí y fue cuando comprendió que jamás sería una rosa, y poco a poco la rara florecilla de melancolía a marchitarse empezó.

Nuevamente de pétalos rosados, algo encorvada y casi transparente, bajo el cielo iluminado con millares de cuerpos celestes en el sereno de la noche dos gotitas de agua relucientes, sus lágrimas se mezclaron, para así al alba disfrazarlas de rocío.

Cual fue la sorpresa para el cauto jardinero, que en una mañana tan bella, enriquecida con el trino de los pajarillos y un resplandeciente sol, en los pétalos de la rara florecilla las dos gotitas de agua encontró, la vio tan marchita y decaída que con sus manos las lagrimitas le limpió y al tocarlas, él supo que esa agua cristalina era de dolor, más al acariciarla, la rara florecilla nuevamente su calor sintió y en esa agua cristalina le agradeció por hacerla sentir alguna vez la rosa más bella y codiciada de tu eterno jardín

miércoles, 24 de junio de 2009

por que decidi estar sola


En mi caso, pasar muchas noches a solas conmigo misma, me ayudado a dejar de ser una roca y poder sensibilizarme con los demás, de poder sentir el dolor que sufre el otro con su problema.

Muchas veces elegimos estar solos, solo como una auto-defensa por miedo a que nos hagan daño.

Dejamos de confiar y nos encerramos en un mundo en el que tan solo creemos lo que nosotros mismos logramos, no confiamos en nadie más, porque el dolor pasado, nos hace ciegos y no nos permite arriesgarnos a tirar la aventura de conocer nuevas personas y de así no tener que enfrentar nuevas situaciones.

Cuando te pasas 2 o 3 años de tu vida solamente atendiendo todo lo que te sucedió en el pasado y no te atreves a dejar todo ese dolor y desamor atrás, pues te haces esclavo de vivir en la soledad, no eres capaz de correr nuevos riesgos, porque con el pensamiento pesimista de que saldrás herido en esta situación prefieres quedarte inmóvil y no jugar a nada…

Que triste es cuando crees que amaste a alguien y después de mucho llorar y de pasar el tiempo mirando así atrás, te das cuenta de que eso que creías no fue amor, solo fue un gran cariño que sentías por esa persona y que la quisiste mucho pero no la amaste.

Después que pasa el tiempo entiendes que esto fue una gran lección y que con esto puede ser que tengas la posibilidad de conocer la felicidad que da un amor verdadero, podrás saber que en el amor verdadero es una entrega de los 2, no es solo cuando se quiere es cuando se ama, con el sin número de defectos que tenga la persona, se acepta tal y como es, sin querer cambiarlo…

La soledad es una amiga fiel que esta presente en todos los momentos de nuestra vida, a veces es nuestra mejor consejera, la que nos abre los caminos del entendimiento, pero también muchas veces es la que nos abre el hoyo para caer en la tumba…

Otras veces estar solo nos permite conocernos muchas más y así poder reflexionar para no cometer los mismos errores del pasado, y no hacerle daño a nadie…

Hay personas que por miedo a estar solos aceptan una pareja, aún sabiendo que no la quieren o que solo siente cariño por esa persona, pero piensan que con el pasar del tiempo podría sentir amor, son cobardes por no enfrentar su soledad y por jugar con el tiempo y los sentimientos de esa persona, no es bueno quedarse parado en su pasado, pero es peor buscar olvidar ese pasado, jugando con los sentimientos de otro, por eso es mejor estar solo hasta poder superar tu tristeza.